


Este libro inicia con las fotografías de Sara Facio y María Cristina Orive, buscando hacer una crónica visual de un país. Pero como ese país es Guatemala - tierra de narraciones y misterios- junto a la imagen resultaba imprescindible la palabra. Y el mayor representante de la palabra mestiza, que evoluciona desde jeroglíficos, ideogramas y yuxtaposiciones era Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de literatura de ese país. Una vez encarado el proyecto, acontece la lamentable pérdida del escritor.