



Si trasciende el nombre de Adriana Lestido como una de las artistas más personales de Argentina se debe a su trabajo casi secreto, en una clandestinidad electiva que la inmuniza de los sistemas de prestigio del establishment cultural. No es casual entonces que "Mujeres presas", este libro que recién ahora se reedita, haya sido el primero que reunió un trabajo suyo en serie. La postergación quizá se deba a su mirada lacerante y nada comercial, a la actitud de iconoclasta que enfoca el dolor conectando lo personal con lo colectivo. Sus imágenes, tan intimidantes como poéticas, no precisan de anotaciones. Impresiona advertir que todo lo que pueda decirse acerca de estas fotos (la soledad, el resentimiento, la desconfianza, el desafío, la amargura, el amor) lo dicen mejor ellas mismas.