Ensayo fotográfico sobre varios edificios de la ciudad capital construidos con piedra volcánica, un material que evoca las formas masivas de la arquitectura precolombina. La enorme metrópolis, frecuentemente sacudida por la actividad sísmica, se extiende bajo la mirada del Popocatéptl, a más de 5.000 metros de altura, y se ha invadido en las faldas del Ajusco, un volcán inactivo que se extiende hacia el sur. La piedra volcánica conocida como tezontle se ha utilizado durante siglos como material de construcción: de ella está hecha la fachada del Palacio Nacional, una concreción del pasado precolombino, colonial y moderno de México. Autor: Pablo López Luz