



Ejemplar representante de la riqueza y diversidad de la fotografía de origen mexicano. De la mano de Manuel Álvarez Bravo, aprendió las sutilezas del cuarto oscuro y la técnica de las estampas complejas, mientras forjaba su propio estilo explorando la profunda ruralidad del campo mexicano: la vida y condición de los campesinos, el ambiente de los pueblos y la variedad de paisajes rurales son abordados bajo su lente de una manera radicalmente anti-folklórica. Apasionada por la investigación formal, también se dedica a la naturaleza muerta, al desnudo femenino o al retrato, prolongando así una obra donde cada imagen parece habitada por un sentido innato de la metáfora y una búsqueda perpetua de los sutiles límites de la imaginación.