Bourquin, Gastón

Gaston Bourquin (1890-1960) llegó de su suiza natal a la Argentina en 1913 como ayudante del fotógrafo Juan Pi, también suizo, instalado en San Rafael, Mendoza. Su estadía allí duró poco pues una tormenta de granizo destruyó el estudio vidriado y Bourquin debió partir; se instaló entonces en Buenos Aires, ciudad desde la que partió muchas veces desde finales de esa década para viajar por la Argentina fotografiando paisajes, ciudades, pueblos y sus habitantes. Con los registros fotográficos de estos viajes, Bourquin publicó álbumes y tarjetas postales. Por las imágenes que aparecen en su álbum La Argentina Pintoresca –derivado de un almanaque que no se imprimió y distribuyó a tiempo para el año 1921- sabemos que para entonces Bourquin ya había visitado distintas regiones desde los Territorios de Misiones y Tierra del Fuego hasta la Cordillera y el Atlántico, pasando por una Buenos Aires en proceso de modernización. El fotógrafo debió realizar al menos dos viajes fotográficos hacia Misiones, ya que en su libro Misiones y Cataratas del Iguazú –en el que curiosamente no fue publicada ninguna de las fotografías de las caídas de agua que integran la colección del Museo- una fotografía muestra la jamba de un arco de la misión de San Ignacio con una inscripción vandálica con un nombre y una fecha: 1924. Así, algunas de las fotografías de la zona fueron hechas antes de 1921 y, otras, después de 1924. Los paisajes rurales de Bourquin tienen una fuerte impronta romántica Esto es claro en los paisajes de la selva misionera desvanecidos por una intensa neblina o en el contorno confuso y movido de unos árboles del Alto Paraná, que develan una inclinación por los efectos pictóricos Y se evidencia también en las imágenes de la misión de San Ignacio Miní, en el enlace indisoluble de las ruinas y la naturaleza, -un tema significativamente ligado al género de ruinas, en boga en el siglo XIX-. Además, estas fotografías coinciden cronológicamente con el “descubrimiento” de la arquitectura del período colonial encabezado por la Revista de Arquitectura creada en 1915 por Juan Kronfuss, El Arquitecto (1920-1926) dirigida por Francisco Squirru y Ángel Croce Mujica y los trabajos de arqueólogos y arquitectos entre los que se destacaron Martín Noel y Ángel Guido. Estos años fueron marcados por una conciencia de afirmación nacional, proceso que se observa igualmente en toda América Latina. Y por cierto, las imágenes de Bourquin San Ignacio Miní constituyen un documento de importancia al ser previas a las obras de restauración dirigidas por Mario Buschiazzo y Carlos Onetto en los años ´40. El interés de Bourquin por los paisajes rurales o urbanos, lo hizo poco afecto a otro tipo de tomas: no hay retratos ni fotografías hechas en estudio y sólo unas contadas fotografías de interiores. Asimismo, aún en el trabajo en exteriores, había temas que no lo motivaban: los habitantes y la agitación de un pueblo o ciudad no eran usualmente su objetivo. Es el caso, por ejemplo, de las imágenes que tomó de Buenos Aires que la retratan como una ciudad moderna, pero rara vez como una ciudad en movimiento (por Verónica Tell).

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